Soy mamá de dos pequeñines. Cuando iba a tener a mi segundo bebé, me preocupaba mucho el post-parto ya que mi primera experiencia fue muy dura. Quería estar lo mejor preparada posible para vivirlo de manera sana, tanto física como mentalmente. En mi primer post-parto me sentía débil, agotada, abrumada, recuerdo que decía “¿qué es esto por Dios?”. Con mi segundo bebé, mi cuidado prenatal fue complementado por un tratamiento indicado por la Dra. Romy. Cuando nació mi hijo mi experiencia fue tan diferente. En el hospital me decían las enfermeras que no parecía que acababa de parir. En casa, el tratamiento me ayudó a sentirme contenta, energizada, esperanzada y con la mente clara (a pesar de los desvelos de un recién nacido). Contar con el apoyo de la Dra. Romy ha sido un gran recurso para mi cuidado personal como mamá, para mi equilibrio mental y físico (que a veces nos dejamos al último) y para la crianza de mis hijos. Margarita Ponz – 38 años